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Gracias querido barrio por acompañarme en mi tiempo de crecer y florecer, gracias por darme la posibilidad de transitar allí en tu magia misteriosa mis tiempos felices.

Fueron quizá, tus calles, tus casas o la gente los que crearon el misterio de pertenencia, misterio que nace de alguna manera sin darnos cuenta, hasta que un día tomando el descanso del guerrero, de aquel que salió disparado de tus entrañas a batallar en la vida, tomamos conciencia de que nos haces falta, nuestro espíritu necesita del útero materno y volvemos nuevamente al lugar donde se encendió nuestra llama, justo allí a buscar esos barriletes anclados en el tiempo, a transitar tus calles, para abrevar en el recuerdo, como si fuese un viaje en el tiempo momentos en que ya no vemos la realidad actual, y solo navegamos en aquel tiempo nuestro, ese que está en nuestro recuerdo en el que la piel ha vencido al tiempo las canas toman nuevamente el color como si fuese una fotografía, nada ha cambiado las risas y aventuras se mantienen indemne, y es de esa manera con los ojos entre abiertos como flotando en el aire recorremos el espacio abrevando de aquel oasis de nuestros orígenes para fortalecer nuestro futuro.

Podrían cambiarte de nombre mil veces, podrían cambiar la fisonomía de tus casas, hasta la gente pudiera ser distinta, pero la pertenencia que sentiremos siempre será la misma, la que crece increíblemente con la distancia, no tiene forma ni colores, solo se siente y se disfruta de manera personal e intransferible.

Querido barrio este que evoco ó el tuyo, donde comenzaron nuestras raíces será siempre el más sentido donde el pecho tuvo las sensaciones más audaces, donde todo era posible, aún las visiones más ambiciosas,  donde nuestro amor juvenil hacía castillos en el aire,  donde sentimos esas sensaciones vibrantes a las que nos aferramos y que de vez en cuando afloran del baúl del alma, abriendo su tapa sin que lo pensemos, sensaciones que salen cuando un perfume ó una canción nos transporta, nuevamente en el tiempo.

Abramos nuestros archivos no nos quedemos con eso que retornar al pasado es malo, quien dijo que debemos olvidar al amor perdido, o que recordar pasajes de juventud, es vivir en el pasado, es natural guardar los recuerdos vividos y capitalizarlos cuando nos plazca.
Hagamos transferencia de nuestras vivencias, que no caigan en el olvido o se pierdan el tiempo, contémoslas.  

Nuevamente gracias barrio querido, mis recuerdos viven en Ti.

Rodolfo