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Alto Alberdi?

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Ellos también eran de Alto Alberdi

Recordando cosas de nuestro querido barrio, nos viene en el recuerdo un pasaje muy triste, pero que no podemos dejar de mencionar, aunque esto ponga un manto de tristeza a nuestro sitio. El hecho, conocidos por los contemporáneos dejó estupefactos a todo el vecindario, cuando conocimos la noticia del accidente de la familia Pinto, en el cuál perdieran la vida el matrimonio y sus dos hijos.

Allá por los años cincuenta, esta familia vivía sobre la calle León Pinedo, ó Pinello al trecientos cincuenta aproximadamente, subiendo sobre la margen izquierda, los chicos concurrían al colegio de la plaza José María Paz, Ellos tenían edades similares a las nuestras, entre ocho y diez años, con los que jugábamos en la barriada de chicos.

Recuerdo que el día del accidente, un domingo salieron todos juntos en una moto con sidecar, medio de transporte con que contaba la familia; se aprestaban a realizar un paseo por la zona de Carlos Paz, por lo que tomaron la ruta veinte.

En aquellos tiempos el camino a esas localidades era una cinta asfáltica angosta arbolada en algunas zonas, ya en campo abierto, luego de haber pasado el campo militar, se encontraba un conjunto de pequeñas casas iguales producto de algún proyecto urbanístico económico, al que le llamaban barrio Eva Perón, inmediatamente, pasado aquel barrio se encontraban una serie de curvas serpenteando el camino poblada de grandes paraísos, que daban un respiro al sol del medio día, por este camino  aquel domingo transitaba la familia Pinto y al llegar a estas curvas precisamente, un camión los embistió de frente, las evidencias mostraban que hubo una maniobra evasiva de la moto, ya que el golpe ocurrió en la banquina derecha de la moto, en la zona de los árboles; el intento por esquivar  semejante mole no fue suficiente y fallecieron instantáneamente los cuatro.

La noticia fue desgarradora, los comentarios eran incompletos, todos preguntaban apesadumbrados, no se comprendía, estos no eran  hechos comunes en aquellos tiempos.

El velatorio se hizo el la casa de la familia, en una habitación que daba al frente, se colocaron los cuatro cuerpos uno al lado del otro, una verdadera multitud condolida se abalanzo a dar sus respetos, en el colegio se suspendieron las clases del día lunes, fue un hecho para no olvidar jamás.

Pasaron muchos años  y el recuerdo permaneció siempre latente, y un día en una oportunidad en que estuve en Malagueño en una reunión de trabajo, mientras hacíamos un recreo y comíamos algo, surgieron comentarios y anécdotas de tiempos viejos y hechos memorables, cuando tuve la oportunidad de introducir algo, comenté aquel tan dolido hecho, y de pronto, para mi sorpresa, alguien dice ¡ese camión era Mio!, un frío me corrió por la espalda y entonces como taladrando con la mirada lo miré, al tiempo que comienza a relatar la otra parte de aquel nefasto día; resulta que se organiza un asado, al que yo voy con mi camión, el que usaba todos los días para mi trabajo, mientras estábamos ya de sobremesa, me doy cuenta que mi camión no estaba, y al preguntar me dicen que uno de los amigos había ido a buscar algo y que ya volvía, evidentemente a los postres de un asado nadie estaba en condiciones de conducir, ya que en el folklore de estos asados lo que nunca falta es el vino, por lo que me preocupe al ver tanta demora, dice el relator, la noticia llegó al rato y así me enteré del desastre que había hecho esta persona en mi camión, manejando ebrio con seguridad.

A su relato le insistí comentando las dolencias y el daño irremediable que había provocado aquella persona y su camión.

Vaya este recuerdo para nuestros amigos del barrio Los Pinto, Ellos también eran de Alto Alberdi.

Rodolfo

Relatos agregados:

Coca Moreno, esposa de Pololo Herrero, nos dice que aquella familia Pinto, se componía de tres hijos no de dos como yo cría, había entre ellos un bebé de ocho meses y además la señora estaba embarazada ¡todos murieron! Además agrega un dato importante, al otro día entregaban la moto para comprar un auto, era el último viaje en esa moto.

Según relata Coca, el Sr. Unamúnzaga, vecino de la familia, fue el que le comentó de esta regracia, y cerrando en comentario con pesar dice, no terminaban de salir los cajones de esa casa!