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Rita Nelly Córdoba Leone

El nombre solo dice tratarse de una mujer, y como siempre una historia de vida, pasajes, y recuerdos que solo vivirán en los más cercanos, custodios celosos de esas historias que contarán en rueda de amigos como una forma de mantener encendida la llama de los recuerdos que hacen a nuestra historia familiar.

Sirvan estas líneas, como homenaje en el recuerdo de Rita Nélida, Nelly para nosotros, desde lo más profundo del sentimiento.

Las historias, como el universo, no tienen arriba ni abajo, podría contarla al  derecho o al revés, de todos modos esto no cambiará la esencia, del relato.
Aunque parezca poco llamativo, la historia muestra juntas a Candida y  Nelly al comienzo cuando dio a luz y al final en la despedida de su viaje rumbo a Dios. 

Difíciles condiciones sorteaba Cándida su mamá, por aquellos años de juventud, entre trabajos informales, sola y sin apoyo, llega  esta hermosa niña que pronto el destino le quitaría el don de escuchar.
Entre complicaciones y desventuras, sin protección familiar, pasaba el tiempo, mientras las dificultades aumentaban; fueron vecinos los primeros protectores circunstanciales de la hermosa niña rubia, las caricias y los besos aparecían por doquier; pero la crianza se tornaba imposible, poco podía ofrecer aquella joven muchacha a la que el destino le entregara tan difícil legado; se tornaba complicado, casi imposible.

Como en muchas historias, personajes especiales comprometidos con la vida no tardaron en aparecer; allí estaban, Nélida y César, prestos e insistentes, ofrecieron  cuidar y educar a esa hermosa niña, a la que su mamá llamó Nélida, por afectuosa relación.

Sin lugar a dudas, portando una desgarradora decisión, Candida llamó a la puerta de los Leone una mañana de agosto, de la mano con Nelly hizo el pacto más importante de sus vidas, dejó a su hija, a los cuidados y protección de la familia, recibiendo de Ellos un compromiso de vida que llevarían hasta el final.

Como olvidar que al regreso del colegio, estaba allí, con ese vestidito de organza rosa, zapatos de pulsera blancos y ese pelo rubio lleno de rulos que reflejaba el sol de la mañana;…..la sorpresa fue total, teníamos una hermana; una hermana menor.

Eduardo y Yo, no entendíamos nada, una nena en casa…! teníamos una hermana, de casi cuatro años, así de pronto, que emoción!
En la mesa ya éramos cinco, armamos un sofá cama en el living comedor, y todo se convulsionó, los amigos llegaban para conocer a Nelly, todo cambió.

La tarea no fue  fácil, la educación recién comenzaba, mucho esfuerzo demandó, los sonidos de su boca fueron apareciendo de a poco, horas frente al espejo sirvieron para que llegaran las primeras vocales, y así poco a poco, tomo un lugar de privilegio, en nuestra familia las amistades la distinguieron con el afecto que ella supo ganar.
Compañera y trabajadora, se destacó tanto en el instituto de sordos como en la academia de baile folklórico, no existían diferencias, ni barreras.

Papá y Mamá, fueron las palabras que Nélida y César pudieron disfrutar, en aquellos tonos agudos, que llenos de ternura y amor pudo pronunciar.

Como un solo bloque, codo a codo los cinco fuimos enfrentando la vida, entre risas y llantos, con veraneos en Cabana y noviazgos de juventud, fuimos abriendo los caminos que marcaron nuestros rumbos familiares.
Con José formaron una hermosa familia que floreció en Mariana, Mauricio y Yanina, los que llevarán esta historia de vida en sus corazones.

En aquella mañana de agosto Nélida pidió a Candida que no perdiesen el vínculo, que visitase a su hija cuando quisiera, eso se cumplió, y por esas cosas del destino sin explicación, ese día Candida estuvo allí, como al principio de los tiempos, una vez más.

Ya al final, como si todo hubiera estado ensayado, como si juntásemos las puntas de la vida, nuevamente frente a Candida, con palabras que mis viejos pusieron en mi, expresé, Candida, hasta aquí llegamos, de ahora en más queda en manos de Dios; la promesa fue cumplida, con un beso de despedida, cerramos aquel pacto importante de la vida.

Tarea cumplida.