Queres subir
tu recuerdo de
Alto Alberdi?

Envianos un mail con tus fotos o textos referidos al barrio, su historia, sus lugares o sus personajes y en breve los incluiremos a la web.

Los Liksenberg

Tengo 70 años, soy Julio Liksenberg, nací, me crié, me eduqué y viví siempre en este glorioso y querido barrio; actualmente sigo viviendo en él; mis padres (Doña María Rogowska y Don Mateo Liksenberg) vinieron de Polonia con una hija; en el año 1927papá (con 21 años de edad, sin dinero, sin idioma, sin profesión, a un mundo totalmente desconocido teniendo solamente las ganas de luchar y hacerse un porvenir para él y su flia., viajando más de un mes) y mamá con mi hermana en el año 1930 (con 25 años de edad) y adoptaron el barrio La Toma o Alto Alberdi en el año 1931 hasta que fallecieron. Aquí nacieron mis dos hermanos y yo y también mi hija. Barrio de gente trabajadora y de empuje, muchos recién llegados de Europa; por sus calles pasaban el ómnibus 6, el tranvía 2 y el 1, este último hasta el Cementerio San Jerónimo, la calle principal era la Deán Funes donde funcionaba el cine “Select” en la cuadra del 2800.

Vivíamos frente a la plaza Jerónimo del Barco, en el Pasaje Brown Norte.

En casa de mi niñez, para tomar agua fresca la sacábamos de un cántaro, que era una vasija de barro, que estaba a la sombra, debajo de la parra; también teníamos una fiambrera para que se conservasen los alimentos perecederos, era como un armario con puerta, en la parte del fondo con alambre de tejido (tipo mosquitero) para que entrase aire y las paredes del costado estaban estucadas con cemento; también teníamos un horno de barro para cocinar el pan y una cocina a carbón, luego a kerosene, después a gas en garrafa.

Mi madre compraba al lechero, que venía a domicilio en un carro tirado por caballos cuando finalizaba su recorrido diario, la leche que le sobraba a un precio menor y que traía en grandes tachos del cual la sacaba con un cucharón, con medidas grabadas.

Mi mamá con ella elaboraba manteca, queso, helados (cuando compramos la heladera), postres, tortas etc. En la cuadra teníamos un solo vecino que poseía teléfono en su casa, era un aparato con tubo y horquilla, todo negro, que nos lo facilitaba para hacer o recibir llamados de emergencia (era la flia. del Sargento Pérez, al lado de su casa había un corral para su caballo). Frente a la Plaza al lado de la escuela, sobre la Avda. Colón había una familia que tenía vacas que ordeñaba para vender la leche.

Fui a la escuela “José María Paz”, frente a la plaza donde en el turno de mañana hice mi Jardín de Infantes y Primario desde 1947 a 1954, con la Srta. Pipina en el Jardín de Infantes, y en los grados siguientes las Srtas.: Revuelta, Carrizo, Mellani, González, Seco, Murúa de Duarte, Gloria, Vanelli, Zalazar, Telma y otras que no recuerdo, además los maestros Mario Arrieta y Zalazar.

Mi padre consiguió trabajo en la Compañía Inglesa de Tranvías hasta que se jubiló por enfermedad en 1953, llegando a ser maestro de Motorman, o conductores de tranvía y además de trabajar como Motorman, vendía terrenos y los cobraba, para ello ingresaba a las 5 de la mañana para retirar el primer tranvía (iba a pie casi 3 kms. porque a esa hora no había transporte) y así poder cumplir su horario de trabajo y luego ir a su otra labor.

Mi madre atendía la casa, sus hijos y vendía ropa, puerta a puerta y hacía la cobranza.

Recuerdo que un día fui al Bar de Don Paulos (Garzón Maceda esq. Av Colón ) yo tendría unos 5 o 6 años me paro delante de la heladera donde tenía los helados y me pregunta “pibe querés un helado” yo le dije que sí, entonces él llena un cucurucho y me lo está por dar y me dijo ”pagame” , entonces le dije “Ud. me preguntó si quería pero no si tenía con que pagarle” y salí corriendo y él por detrás me arrojó el helado.

También viene a mi memoria un Copón de cemento en la plaza donde solíamos trepar y un placero que nos corría para que no cortásemos las magnolias, además estaba la propalación Saturno en especial en los carnavales

Me parece escuchar cuando la policía hacia la ronda nocturna y se comunicaba entre ellos con un silbato.

Ver a mis padres salir a la vereda con sus sillitas de madera a tomar mate, lo mismo hacían los vecinos y charlaban de puerta a puerta contándose las novedades, mientras los chicos (nosotros) jugábamos en la calle bajo su mirada atenta.

Desde hace 10 años nos estamos reuniendo todos los meses con un grupo de compañeros del Primario con nuestras respectivas esposas en un ambiente de hermosa camaradería. Estoy seguro que estos pequeños recuerdos le traerán a más de uno miles de imágenes de tiempos pasados y hermosos.

Todo esto lo cuento porque lo quiero compartir con la gente de mi Barrio.

Julio Liksenberg