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Los Porta

En este recorrido histórico del barrio, no podemos dejar de mencionar a la familia Porta quienes se afincaron sobre el boulevard  Duarte Quirós al 2900 entre los D´Elia y  Herrero,  La familia estaba compuesta por Don Sebastián Doña Catalina Ramallo, hija de don Ramallo Ferreyra Luque, familia muy distinguida, oriundos de la zona de Río Primero, y sus hijas conocidas por sus nombres de pila, Gringa y Perla, grupo que gozaba de las mejores referencia y recuerdos de los que tuvimos el placer de conocerlos.

Generalmente ocurre que como vecinos, solo podemos conocer algunas de las historias que trascienden puertas afuera, pero en una entrevista con Perla pude profundizar más en detalles que enriquecieron aquellas cosas que quedaron en el recuerdo.
Encaramos esta búsqueda a la usanza antigua, a través de la figura del hombre como referente de una familia, por lo que nombramos a Don Sebastián sin dejar de lado a Doña Catalina, compañera inseparable de todas las historias familiares.

Proveniente de padres italianos Clementina Castoldi de Veneciana y  Lucio Porta de Belluno, nacieron tres mujeres, Sebastián y Domingo los que pierden a su madre cinco meses después de dar a luz a este último, su padre frente a esta situación de indefensión familiar, se relaciona con su cuñada, hermana de su fallecida esposa,  con quien forma pareja depositando en Ella el cuidado de los hijos, sus sobrinos. De esa unión nace Mateo, a quien le aportan todas las ayudas para que pudiese estudiar y desarrollarse con mayores posibilidades, mientras que Sebastián tuvo que enfrentar la vida con los conocimientos básicos de un segundo grado, el empuje personal y su vocación al trabajo.

Esto se deja de manifiesto al escuchar de Perla con claridad meridiana, los pasajes de su larga vida, ponderando su abnegación laboral, su carácter condescendiente y una predisposición especial para colaborar con quienes lo rodeaban.

Ya muy joven, junto con, Cassanelli y Cano, funda la empresa HABLO de transporte de pasajeros, iniciando el recorrido Córdoba Rosario, la que mantienen por varios años;  atravesando una de las tantas crisis Argentinas, a fines del cuarenta, que por efecto quizá de la guerra, en la que escaseaban insumos generales y especialmente las cubiertas, decide vender su parte y compra la estación de servicio de Duarte Quirós y MaestroVidal, asociando a su hermano Domingo, conocido Este por su carácter explosivo e irritable, quedando en el recuerdo de los clientes y vecinos del barrio de aquel tiempo por sus arranques inesperados. La compra del negocio incluía la vivienda contigua sobre Duarte Quirós, a donde se acomodó Domingo con su Familia. La relación entre Ellos dejaba mucho que desear, Sebastián de carácter conciliador aceptaba permanentemente actitudes de su hermano hasta que un día en situación en que Sebastián trataba de revisar un auto, tirado en el piso, escucho los gritos de su sobrino Chachi que le gritaba para advertirlo a su tío, que su padre estaba por asestarle un golpe en la cabeza con una maza, impidiendo a la vez el accionar de su padre quitándole  la herramienta de las manos, Esta situación hizo que Sebastián se retirase y nunca más volviera al trabajo. Domingo continuó con el negocio recogiendo permanentemente el descontento de los clientes por su carácter. Después de su muerte fue remplazado por la Mino su esposa y su hija.

Cuenta Perla que de aquella casa donde vivieron sobre Duarte Quirós se mudaron al lado de la estación sobre la calle Maestro Vidal, a otra mucho más confortable que compraron a un cura del arzobispado  muy famoso por aquellos tiempos.

Allá por el cuarenta y cinco, en vísperas de que las chicas tomasen la primera comunión, acto trascendental para la época, Catalina y Sebastián   decidieron agrandar la casa y desarrollar una sala en dos cuerpos bajo el diseño de Pepe Bertucci, allí tuvieron lugar tantas reuniones que sería imposible de contar, no solo se realizaban las fiestas de las jóvenes hijas si no que a Doña Catalina le encantaba realizar reuniones, donde no faltaron aquellas de carácter político con la presencia de Antonio Sabatini, Frondizi, Sanichelli,  Noguera, los Mellani, Friazza, y Escorsari entre otros.

También debemos nombrar a Raúl Vivas que recorría los barrios de Córdoba con  Perla y Gringa que militando en el nuevo partido Radical acompañando a Balbín.

Doña Catalina sin dudas fue una mujer pujante, se desempeñó como Presidenta de la Casa Del Niño, en los tiempos del Dr. Benito Soria, y Doña Mari Briítos de D´Elia lo hacía como secretaria; personas comprometidas con el prójimo,  

Sebastián emprendedor como pocos compra un galpón sobre Boulevard Guzmán frente a la comisaría novena, justo al lado de donde funcionaba un cabaret La Rosa Blanca, donde pone un taller metalúrgico con su medio hermano Mateo, que con conocimientos de mecánica construye una máquina de fabricar clavos en forma industrial. Esta máquina a la que tuve la oportunidad de conocer, tenía un defecto de terminación del producto el que no se arregló,  de todas maneras en la ocasión se hizo una fiesta para inaugurar el emprendimiento industrial.

Para facilitar el pasaje del medio día Sebastián construyo una casa similar a la suya de Alberdi, con dos habitaciones, cocina baño y living, más otra pieza al frente para que su hermano pudiese arreglarse.
Por el parecido con su casa de A. Alberdi, Perla supone que el constructor debió haber sido el mismo, Don Pepe Bertuci. Todo esto motivado por la distancia que lo separaba de su barrio, allí pasaba las siestas y en algunas oportunidades se quedaba de noche que por compromisos laborales; al poco tiempo que El dormía en la pieza y Mateo con su familia se habían acomodado en la casa, una vez más cedía ante la necesidad del medio hermano. También pactó comer al medio día con su hermano, pagando los gastos con un sistema de pensión, para escapar de los comedores del mercado de abasto.

A los años Sebastián quizá por la distancia o por motivos que no conocemos, deja el galpón a su hermano y compra con un socio el  bar La Boca en la esquina de Duarte Quirós y Maestro Vidal al frente ala estación de servicio ahora de Domingo, donde comparten cordialmente el trabajo con su socio por largo tiempo.

Sebastián había comprado un terreno a Don Jacobo Urovich,  justo en la esquina de León Pinedo, hoy Pinello, y Duarte Quirós, que por aquel tiempo lo había prestado a un amigo para que pusiese un kiosco, tiempo después abrigan la idea de construir unos locales y algunos departamentos en planta alta bajo el diseño de Mario Palma, cosa que inician terminando solo la primera etapa de los dos locales, uno esquina y el otro sobre León Pinedo, donde Perla abre una peña, la que tiene un suceso espectacular, recibiendo la visita de muchos a los postres famosos, como Cafrune, El Silbador Jujeño, los Salazar de Salta, el Tanque Rojas y los Pastores entre otros.
El pequeño local se llenaba de gente incluyendo los vecinos quienes participaban a menudo. Como en todo evento artístico donde se tejen emociones allí se armaron parejas y  en algunos casos las distanciaron también. En ocasiones los colectivos que bajaban por esa calle no podían pasar por la cantidad de gente que se juntaba, todo venía bien hasta que Don Sebastián desaprobando la idea y anuló el emprendimiento.

El local de la esquina estaba pensado para alquilarlo, pero Don Sebastián no podía estar quieto,  y una vez más compró los muebles usados de un almacén y puso un bar donde trabajaron por muchos años, El, Perla y Doña Catalina, en este bar se atendía normalmente al personal de la metalúrgica Cor-Acero, y a los mecánicos del taller de Copelo y Ternengo que corrían en la escudería de los Torinos.
La dedicación era total, los viejos ya estaban cansados y era Perla la que  apoyaba permanentemente, haciendo frente al negocio.

Cuenta Perla con mucha modestia y en voz baja, que Don Sebastián y Doña Catalina colaboraban como verdaderos amigos con sus vecinos, recuerda  esta biblioteca viviente que cuando sus vecinos atravesaban épocas de vacas flacas, su mesa se agrandaba recibiendo a los necesitados amigos incluyéndolos en las compras de la tienda Atti, donde se proveían de lo necesario.
Esto lo corrobora Pololo Herrero, cuando para fraseado el tema dice si “eso fue así”.
Solía acontecer por aquellos tiempos, que la providencia colocase en el camino de algunos, el criar hijos ajenos desamparados,  este condimento no faltó, Miguel su nombre, colaboraron con El, hasta que un día hizo grande formó su propia familia, echo alas para volar. 

La humildad y predisposición  de Don Sebastián y Doña Catalina, no tenía límites, Contaba mi madre la Nélida D´Elia, que en muchas oportunidades fueron su refugio, para escapar de la presión de su autoritario Padre, al igual que doña Rosa Herrero. Contaba también, que Don Sebastián  los llevó en fu auto Ford, en su luna de miel al hotel Europa de Río Ceballos, y la anécdota es que mi vieja se quería volver con El.

Y aquí una sorpresa para este narrador, resulta que me vengo a enterar que yo nací en esa casa, bueno mis padres vivían en lo que ocupa el garaje y una  pieza pequeña contigua; en aquellos tiempos Ellos alquilaban esta parte de la casa, mientras César mi viejo por las noches en esa habitación, preparaba la tesis de Contador.
Nélida mi vieja, con un importante avance del embarazo recibía de  Doña Catalina los cuidados necesarios como una madre postiza y un día de Mayo aparecí yo.

Esto apoyo no fue sorpresa para mí, lo escuchaba a menudo en los relatos de mi madre, Doña Catalina y Doña Rosa de Herrero, se ocuparon de contenerla, en aquellos tiempos de juventud cuando falleció mi Abuela Pepa.

Perla y Gringa fueron maestras, de esas que tuvieron que hacer patria por los pueblos, La Puerta fue el que les tocó en suerte, suerte digo como una forma de decir, ya que después de mucho tiempo de esfuerzo, necesidades y distancia, luego trasladadas a Córdoba, continuaron dando clases y nunca recibieron sus sueldos, cosa frecuente por aquellos años, Gringa falleció hace dos años, se casó con Mario Palma, Arquitecto Boliviano, con quien tuvo tres hijas, Mariel Claudia y Flavia, las que viven en Santa Cruz de la Sierra, Perla por su parte se casó con Juan Viudo Militar, con quien tuvo a Valeria; hoy vive con su esposo e hija en su casa familiar, rodeada de amigos, es un referente histórico del barrio, encierra las historias de mi familia como pocos, amiga de mis viejos, participo de los momentos más importantes de muestras vidas, me vio nacer y  hoy tengo el placer de profundizar en nuestra historia barrial.